¿Cuál es la mejor traducción en español de La señora Dalloway de Virginia Woolf? Analicé seis traducciones diferentes para encontrar la respuesta y los hallazgos fueron muy interesantes. Entérate de cómo fue el proceso, y el resultado, acá:

En mi Club de lectura leeremos pronto La señora Dalloway de Virginia Woolf. El tema de cómo escoger una buena traducción es algo que hemos tratado en este espacio y que les interesa mucho a los participantes, así que decidí, después de que ellos me lo pidieran, analizar seis traducciones al español de este clásico de la literatura.

¡Qué difícil tarea me pusieron, pero a la vez qué interesante y emocionante fue hacerla!

En este artículo compartiré los hallazgos y curiosidades que encontré y, al final, daré mi veredicto sobre cuál, para mí, es la mejor traducción de La señora Dalloway disponible en español.

Empecemos entonces.

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Aclaraciones preliminares

Antes de empezar creo que es importante aclarar la intención y los alcances de este ejercicio porque determinaron mucho el proceso que llevé a cabo y los resultados que obtuve.

Es imposible (repito: imposible) juzgar una traducción de todo un libro analizando solo las primeras dos páginas (menos del 1% de la obra en este caso). Sin embargo, esto puede darnos un panorama de qué podemos esperar en el resto del libro, sobre todo considerando que los inicios son fundamentales en un texto literario pues, entre otras cosas, fijan el tono de la obra e introducen personajes y temas.

Juzgar una traducción como “buena” o “mala” es, además, una empresa compleja, son muchos los niveles a considerar, desde los más objetivos (que la traducción diga lo que dice el texto fuente) hasta otros más subjetivos (como el uso de una u otra palabra que son sinónimos, o el estilo y ritmo que perciba un lector frente a otro). Sobre este último punto es importante aclarar varias cosas.

Un hablante puede sentir más o menos “natural” una expresión o una frase de acuerdo a como se ajuste a la costumbre o uso en su contexto específico. Mi caso es el de un hablante que ha vivido toda la vida, desde 1991, en Medellín, Colombia. Esto no me exhime de reconocer que, al tratarse de una obra producida en un contexto temporal y espacial diferente al mío, hay aspectos que para mí pueden ser extraños. No se trata pues de preferir una traducción domesticada sino una que, conservando las características propias de la lengua y la cultura del texto fuente, traslade de mejor manera las características del texto y la intención del autor (autora en este caso) en la lengua de destino, mi lengua.

Dicho esto es importante aclarar también que mi objetivo con este ejercicio NO es censurar o condenar una traducción, sino ofrecer una guía para elegir la mejor versión en español de La señora Dalloway. Tampoco es un objetivo de este ejercicio proponer “mi versión perfecta”. Solo en un par de segmentos me atrevo a proponer una traducción mía.

Habiendo aclarado todo esto, les cuento cómo llevé a cabo este proceso:

Proceso

Lo primero que hice fue seleccionar las traducciones que iba a comparar. En un principio esperaba que fueran las tres de las que tenía conocimiento y que estaban más disponibles en México y Colombia: Lumen-Penguin (1980), Alianza (2012), Austral (2021). Después me di cuenta de que otras editoriales como Cátedra (2005), Akal (2015) y Porto (2022) tenían también versiones, esta última con el atractivo de que la traducción fue realizada por Isabella Cantos de Crónicas de una merodeadora, un popular canal de Booktube de Colombia. Así que la muestra se amplió a seis versiones.

Lo siguiente era elegir el texto fuente, la versión en inglés a partir de la cual iba yo a  comparar las traducciones. Para esto elegí Mrs. Dalloway en la colección Oxford World’s Classics de Oxford University Press publicada en 2009.

Una vez elegidos los textos a comparar, busqué las primeras páginas de cada uno disponibles en el sitio web de la respectiva editorial o en Amazon y delimité hasta dónde iba a comparar. Decidí entonces hacerlo desde el inicio hasta el quinto párrafo que termina “London; this moment of June”. Con eso, pasé a arreglar cada edición en diferentes columnas y cada segmento 1 Un segmento suelen ser oraciones, aunque no siempre lo son desde el punto de vista gramatical. Por este motivo se habla de segmentos y no de oraciones. en diferentes filas en un documento de Google Sheets. El resultado final fueron ventiocho segmentos.

Ahora que tenía todo ordenado y listo para comprar se me presentaban dos preguntas fundamentales: ¿cómo clasificaría las traducciones? y ¿Cuáles serían los criterios y qué peso tendrían? Este fue el sistema de clasificación y los criterios que usé:

  • Como eran seis versiones en español, casifiqué cada versión en una escala de 1-6, siendo 1 la mejor y 6 la peor. Al final, la que terminara en una posición promedio más baja, sería la mejor versión.
  • Los criterios de clasificación fueron, en este orden: grado fidelidad, es decir que se conservara el sentido de la frase; uniformidad, que no solo se mantuviera el sentido sino también la estructura y el estilo, además de la uniformidad de la traducción; y naturalidad (por llamarlo de alguna manera) que reflejaba cómo fluía y cómo se sentía la versión en espalól, además de qué tanto me gustaba a mí. Un asunto casi completamente subjetivo.
  • Como había segmentos totalmente parecidos y, además, el objetivo no era hacer una clasificación milimétrica (en algunos casos era realmente muy difícil determinar si una era “mejor” que la otra) recurrí en muchas ocasiones a declarar empate entre una o más versiones.

Así las cosas, comencé el análisis. El procedimiento fue el siguiente: leía el texto en inglés y comprendía lo que decía, después leía una a una las versiones comparando las diferencias entre cada una y evaluando (con la ayuda de diccionarios y otras herramientas) cuál era la más acertada para, finalmente, clasificarlas.

En el documento final, que puedes consultar acá, hice algunas anotaciones y marqué:

  • En negrilla: las partes del texto en inglés que causaron dificultades o fueron diferentes en cada versión.
  • Subrayado: las partes de las traducciones que correspondían a las negrillas en el texto en inglés, a veces mejor traducidas que otras.
  • Tachado: las pocas veces donde definitivamente la traducción no correspondía al texto original.

Después de analizar, con entusiasmo y cuidado pero no milimetricamente, cada segmento, estos fueron los hallazgos más relevantes.

la señora dalloway traduccion

Hallazgos interesantes

No mencionaré aquí los detalles específicos de cada segmento pues estos pueden encontrarse en los comentarios de cada uno en la tabla de comparación. Aquí solo daré unos apuntes generales de lo que pude notar durante el ejercicio.

Lo primero y más evidente al leer las primeras páginas La señora Dalloway es la puntuación: los puntos, comas, rayas, paréntesis y, por supuesto, los puntos y comas confieren a la narración una complejidad al integrar oraciones coordinadas y subordinadas, yuxtaposiciones y figuras retóricas como asíndeton, polisíndeton. Estos recursos buscan romper con la linealidad y lógica del relato para crear el efecto de flujo de conciencia o stream of consciousness, técnica característica y muy desarrollada por Woolf en esta obra. Las frases se alargan, los puntos escasean (hay quince 15) mientras abundan los puntos y comas (hay 19).

Esto es de vital importancia pues la puntuación también se traduce. Aunque sus usos pueden cambiar de una lengua a otra, lo cierto es que estos confieren un ritmo y un orden al relato que el autor consideró al escribir y que el traductor debería captar y reproducir al máximo. En general, las diferentes versiones mantuvieron el uso del punto y coma, pero es interesante notar el uso de la raya en segmentos como el 10 y 11 donde no todos lo conservan, como sí lo hicieron en el 13 y el 18.

Otro aspecto importante de la obra son los tiempos, aspectos y modos verbales que suelen generar dificultades en el paso de inglés a español. En la primera parte de la obra (y en el resto) hay transiciones entre el diferentes hechos del presente y el pasado, además de apuntes sobre sentimientos o sensaciones que el personaje (la señora Dalloway) experimentó o experimenta en cada momento. El uso correcto del pretérito definido (dije) o imperfecto (decía) es clave porque en inglés solo está pasado simple (said). El español tiene entonces dos (tres si consideramos el pasado perfecto compuesto «había dicho») opciones para una sola en inlgés.

Algo también a destacar es el uso del pronombre indefinido “uno” (one en inglés) que podría traducirse con pronombres reflexivos o con el indefinido en español pero que, a diferencia de en inglés, tiene distinción de género (uno/una). La elección del pronombre indefinido en femenino es interesante ya que es una mujer la que narra. El segmento 13 es ejemplo de este caso y presenta diferentes escenarios en cada versión: el uso del reflexivo en varias (se), y el pronombre indefinido en masculino o, como el caso de Cátedra, en femenino, aunque después el traductor, en el segmento 18, usa el masculino, perdiendo así homogeneidad.

En cuanto al uso de palabras que podrían ser sinónimos y que no suponen mucho problema se pueden encontrar varios casos. Por mencionar uno señalaré el del segmento 30 donde carriages se traduce por “coche” y “carruaje”. Aunque son relativamente sinónimos, “carruaje” da una imagen más directa de que se trata de un vehículo de tracción animal, es decir, impulsado por caballos. Por eso, preferí las versiones que usaban esta opción, aunque esta elección no se refleja en la posición que les di en dicho segmento pues en el mismo había otras palabras más problemáticas (como la frase “sandwich men shuffling and swinging”) que fueron resueltas de diferente manera en cada versión y a las que les di más peso en la clasificación final.

Un criterio que usé consistentemente fue que la traducción conservara, siempre que fuera posible, la estructura sintáctica del original. En este aspecto hubo diferentes casos, uno de ellos el segmento 6 donde la versión de Alianza modifica completa e innecesariamente la frase.

Dos casos más quiero resaltar pues son muy interesantes: uno es el del segmento 8 y el otro en el 10. En el segmento 8 todas, o más bien casi todas, las ediciones ignoraron completamente un hermoso paralelo que hace V. Woolf sobre cómo estaba el aire y el estado de ánimo de la Sra. Dalloway. El otro caso es el segmento 10 donde hay un juego de palabras y una desafortunada traducción en la versión de Cátedra. Allí, el traductor traduce vegetables por “musarañas”. El comentario completo puede verse en la tabla de comparación pero agrego aquí que lo curioso es que esa edición tiene una nota del traductor donde explica la relación de paralelismo que hay entre vegetal/anima y además, como en una nota anterior, revela un dato importante de la trama. ¡Da un spoiler!

Esas fueron, en términos generales, mis observaciones con este ejercicio. Otras más específicas (aunque no exhaustivas pues, repito, no era el objetivo del ejercicio) se encuentran en la tabla de comparación.

Veredicto: ¿Cuál es la mejor traducción de La señora Dalloway? 

Como dije anteriormente, juzgar una traducción como buena o mala es un asunto complejo. Todas las traducciones analizadas quedaron en algún segmento en la primera posición y propusieron versiones distintas e interesantes. Pero algunas lo hicieron mejor que otras y por eso de este ejercicio sale una clara ganadora.

Como puede verse en los resultados de la tabla, la mejor traducción pues fue la que ocupó una posición promedio menor (1.96) fue la de Penguin – Lumen realizada por Andrés Bosch, seguida por la de Cátedra (2.36) realizada por Mariano Baselga que tiene como plus las notas y edición de edición Maria Lozano, aunque estas den algunos spoilers de la trama (Baselga escribió un artículo muy interesante que reflexiona sobre algunos aspectos relevantes del trabajo de ambos, del traductor y la editora, en la edición de Cátedra). En tercero lugar la de Porto – Sin Fronteras Grupo Editorial de Isabella Cantos, grata sopresa para mí.

Sorpresa fue también lo desafortunada que fue en varios segmentos la traducción de Alianza, una editorial conocida por sus buenas traducciones y de la que yo esperaba mucho más. Las constantes modulaciones y transformaciones en la sintaxis y el cambio en los signos de puntuación me parecieron en muchos casos innecesarios y rimbombantes, lo que terminaba haciendo las frases más largas y afectaba el ritmo de la narración. Además, los usos de ciertas palabras demasiado peninsulares para mí y una infantil falla ortográfica en “Rumpelmayer” (que pusieron como “Rumpelmeyer”) me dejaron desconcertado.

¡Qué gran ejercicio fue este!

Disfruté y aprendí muchísimo comparando estas traducciones. Espero que tú también lo hayas disfrutado y que te haya servido para que escojas las traducción de La señora Dalloway que más te guste porque, vuelvo y lo repito, este ejercicio estuvo atravesado, en cierta medida, por mi opinión.

Si te gustó este ejercicio de comparación de traducciones y quieres ver más, deja tu comentario en este artículo y propón el que te gustaría que hiciera (solo desde inglés y francés). Y si tienes alguna duda o comentario, también déjalo abajo de este artículo.

Si quieres apoyar este proyecto puedes comprar el libro en los enlaces afiliados a continuación o hacer un aporte voluntario en Ko-fi. ¡Realmente ayudas mucho con tu aporte!

-Luismi

Enlaces de compra en Amazon de los libros analizados por orden de clasificación

  1. Lumen (Penguin): ESP / EE.UU. / MX.
  2. Cátedra: ESP / EE.UU. / MX.
  3. Porto: ESP / EE.UU. / MX.
  4. Akal: ESP / EE.UU. / MX.
  5. Austral: ESP / EE.UU. / MX.
  6. Alianza: ESP / EE.UU. / MX.
  7. Oxford [ENG]: ESP / EE.UU. / MX.

Referencias: