Título: Fahrenheit 451.
Autor: Ray Bradbury.
Género: novela distópica.
Año de publicación: 1953.
Extensión: 174 páginas.
Premios: Premio Hugo (1954), Premio Prometheus (1984).
Calificación mía en Goodreads: 3
No es un misterio para nadie que los libros tienen millones de amantes y, por supuesto, millones de enemigos.
Durante toda la historia, y sobre todo en los últimos siglos, la quema de libros ha sido una práctica recurrente en los gobiernos totalitarios o en regímenes en los que se quiere “purificar a la sociedad, atacando ideologías enemigas”. Son numerosos los casos en las que han ocurrido.
En Argentina en 1976, durante el gobierno de Luciano Benjamín Menéndez hubo una quema de libros, y en Alemania, durante el régimen nazi también se dieron muchas quemas de libros, siendo la más famosa la del 10 de mayo de 1933, en la que se buscaba buscaba erradicar “el espíritu anti-alemán”, consistía en perseguir todos los escritores, científicos y profesores judíos, quemar todos sus libros y publicaciones e inhabilitarlos profesionalmente.
Así pues, no es extraño encontrar el golpe de vuelta en los mismos libros que se defienden de sus detractores.
En este caso, Ray Bradbury nos trae una novela distópica cuyos protagonistas son los libros y, también, los quemadores de libros.
Resumen Fahrenheit 451
Esta novela distópica publicada en 1953, cuenta la historia de Guy Montag, un “bombero” de E.E.U.U. En este mundo distópico, los bomberos no se dedicaban precisamente a apagar incendios sino a generarlos en las casas donde se supiera que había libros.
En esta sociedad, donde los carros corren a 200 por hora, donde los adolescentes se matan sin razón, donde las paredes de las casas están tapizadas de pantallas que trasmiten programas que hipnotizan a los espectadores con propaganda y colores, en donde en el metro se trasmite propaganda continua e hipnótica, donde las humanidades desaparecieron y la gente se olvidó de los libros.
Los buenos escritores tocan la vida a menudo. Los mediocres la rozan rápidamente. Los malos la violan y la abandonan a las moscas.
Sin embargo, Montag, el bombero que quema libros a 451 grados Fahrenheit, temperatura a la que arde el papel de los libros, conoce a Clarisse, una mujer extraña que camina por la calle observando el mundo, y quien le devela el engaño detrás de la sociedad. Con esta semilla sembrada, Montag empieza a tratar de salirse de ese régimen y quema de libros, pero encontrará muchos obstáculos para hacerlo.
¿Comprende ahora por qué los libros son temidos y odiados? Revelan poros en la cara de la vida. La gente cómoda sólo quiere ver rostros de cera, sin poros, sin vello, inexpresivos.
Análisis literario Fahrenheit 451
Fahrenheit 451 es una distopía, es decir, una novela sobre una sociedad ficticia indeseable y terrorífica.
En la literatura, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, aparecieron varias novelas distópicas como esta, 1984, Un mundo feliz, etc., porque con todo el terror del fascismo, del nacismo, de las guerras, de la propaganda, del poder nuclear y demás, se temía que el mundo se convirtiera en un lugar gobernado por líderes y regímenes despiadados y oscuros.
En Fahrenheit 451, Bradbury presenta escenarios como la destrucción nuclear, el control social e intelectual por medio del miedo y la propaganda, entre otras más. Si bien es una historia interesante y, en ciertos puntos, muy cautivante y atractiva, la novela carece, en mi opinión, de cohesión y fuerza argumentativa y narrativa.
Bradbury sobre todo escribió relatos cortos, entre los que se cuentan “El peatón” y “Bright Fenix” que inspiraron Fahrenheit 451, su primero proyecto grande, inicialmente de 25.000 palabras. Fahrenheit 451 llegó a ser mucho más largo después cuando su editor, Ian Ballantine, le dijo que lo publicaría como novela si le agregaba otras 25.000 palabras.
En esta elongación de la historia se nota mucho en el desequilibrio de la trama, porque esta carece de estructura en cuanto a que los episodios a veces se suceden cojamente y los personajes no logran convencer o definirse del todo.
La premura de hacer más largo el texto pudo también haber influido en la calidad del producto final, pues Bradbury cuenta que las primeras 25.000 palabras las escribió en nueve días, al igual que las segundas.
En 1953 el editor Ballantine publicó el libro en 1954 y en la búsqueda de una revista que publicara partes de la novela, un joven editor de Chicago, de escaso dinero pero visionario, compró el manuscrito por 450 USD y publicó fragmentos de la novela. El joven editor era nada más y nada menos que Hugh Hefner, y la revista, Playboy.
He de decir, sin embargo, que el estilo es muy interesante por momentos, con tintes poéticos en algunas descripciones, y estrategias narrativas que dan mucha realidad, por ejemplo, al desespero de Montag por su situación, y que se ve reflejado en algunas repeticiones esquizofrénicas de algunas palabras en su discurso.
Si se tratara de comparar, diría que George Orwell consigue con 1984 una distopía mejor lograda en muchos aspectos que la de Ray Bradbury con su Fahrenheit 451, pero, igual, sigue siendo una lectura amena y reveladora de la relación de la sociedad y nosotros con los libros y nuestro propósito en la tierra, sobre todo en la tercera parte.
Opinión parecida sobre este libro tuvo el más famoso Youtube del mundo, Pewdiepie, quien en un video habló de este libro y de otros de sus libros recomendados.
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