Donde nadie me espere es la última novela de la poeta colombiana Piedad Bonnett, finalista del Premio BNC 2019, que cuenta la historia de Gabriel, un joven con futuro que se libera de toda responsabilidad y atadura con el mundo para dejarse caer, desposeído, en la soledad y en la indigencia.

Ficha técnica:

Título: Donde nadie me espere.
Autor:
Piedad Bonnett.
Año de publicación:
2018.
Páginas:
208.
Temas: Libertad, culpa, redención.
Calificación en Goodreads:
4.

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Donde nadie me espere es la última novela de la poeta colombiana Piedad Bonnett que cuenta la historia corta pero frenética de Gabriel, un joven con futuro que, sin embargo, se libera de toda responsabilidad y atadura con el mundo para dejarse caer, desposeído, en la soledad y en la indigencia.

Esta novela, que apareció después del éxito de Lo que no tiene nombre, fue finalista del Premio Biblioteca Narrativa Colombiana en 2019, que ganó Juan Gabriel Vásquez con su libro de cuentos Canciones para el incendio y que tuvo entre sus jurados al escritor colombiano Ricardo Silva Romero, ganador del premio en 2018 con Cómo perderlo todo, y al español Javier Cercas.

“Recordé las palabras de un autor que he leído mal: que la huida es a veces un llamado de socorro y a veces una forma de suicidio, pero que con ella se experimenta, al menos, un breve sentimiento de eternidad, porque nos permite cortar los lazos con el mundo y también con el tiempo.”

p. 40.

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Resumen Donde nadie me espere

Gabriel es un joven profesor de filosofía en una universidad que parece abrirle el camino a una exitosa carrera académica. Sin embargo, las seguridades y futuro que le ofrece este puesto distan mucho de sus más profundos deseos y pulsiones: abandonarlo todo, no tener responsabilidades, liberarse de cargas y vínculos afectivos.

“No quería la vida como una infinita escalera por la que había que trepar a un mismo ritmo, la vida como un orden tedioso que exige a todos los mismos desenlaces, la vida, en fin, como un engranaje de compromisos, de metas y de éxitos.”

Y así, incapaz de relacionarse con sus parejas ni con su padre, un hombre taciturno y envejecido por la pena, Gabriel, con algunos ecos raskolnikovianos, decide darle un paro temporal a su vida que termina conduciéndolo al vacío, a un andar errático por los oscuros fondos de su vida y de la sociedad.

Pero es justo en ese fondo donde Gabriel, rescatado, encuentra un suelo firme para levantarse y deconstruir en la escritura los traumas que lo llevaron al despojo.

Análisis literario

A pesar de que había leído hacía poco,  y conmovido, Lo que no tiene nombre para discutirlo con Flor y Yamid del podcast Contratapas, cuando Donde nadie me espere fue elegida el libro que del Club de Lectura Estante®, mis expectativas eran bajas. Lo confieso, yo quería leer Los ejércitos de Evelio Rosero.

¡Pero vaya que estaba equivocado! Este libro me sorprendió desde la primera página.

Donde nadie me espere está dividida en cuatro partes. La primera, la más larga de todas, abre con una escena confusa que nos sitúa en el suelo de una calle entre olores y suciedades. Somos Gabriel, el indigente, y a partir de allí vamos conociendo, en su propia voz que se narra a sí mismo, la historia de su vida que va desenvolviéndose poco a poco, sugiriendo pistas de un secreto que no se revela sino hasta el final.

La segunda parte, más corta, narra el descenso de Gabriel, sus vivencias en diferentes partes del país y desventuras entre las que está, como una denuncia, la atrocidad de los falsos positivos. La tercera parte construye el clímax de agitación mental de Gabriel que se resuelve, en la cuarta parte, con un momento epifánico que cierra la novela y el círculo narrativo.

Esta gráfica que hice para una reunión del CLE® refleja un poco la estructura de la historia, que empieza con poca acción pero que después entra a un ritmo frenético donde pasan mil cosas en pocas páginas hasta llegar y terminar en el punto más alto.

Durante toda esta narración de Donde nadie me espera siempre palpita algo, un secreto, un elemento escondido que vibra bajo las capas de los hechos narrados y que es el que, nos daremos cuenta después, mueve el actuar de Gabriel y da también a la narración una característica que a mí me pareció de las más interesantes de la novela: la paranoia.

Gabriel siente todo el tiempo que lo están buscando, teme que lo encuentren, cree ver y escuchar cosas, desconfía de las personas. Y esa paranoia, ese estado de alerta se filtra en esa narración errática en primera persona que nos habla de cosas que pronto como lectores sospechamos que pueden no ser ciertas.

Como lo que leemos en Donde nadie me espere son los diarios y los recuerdos de Gabriel, la narración está cargada de su personalidad solitaria, de su petulante erudición y de sus trastornos.

Este estado de constante zozobra es un elemento que me pareció a mí y a los lectores del CLE® un rasgo muy interesante de la novela y del que pudimos discutir con la mismísima Piedad Bonnett en nuestra sesión del Club con ella, donde, entre otras cosas, nos resolvió la pregunta que le puede asaltar fácil cualquier lector de Bonnett con esta novela: ¿Es Gabriel Daniel?

La similitud de los nombres, de sus impulsos, de sus pasiones hacen fácil esta conclusión, pero no, Gabriel no es Daniel aunque aquel se haya alimentado un poco de este, como lo hizo de otras personas conocidas de Piedad. Gabriel no es Daniel, pero sin la muerte del segundo el primero no existiría, pues como nos confesó la autora en la charla:

«Cuando Daniel se murió me sentí libre de escribir Donde nadie me espere».

Piedad Bonnett

La levedad de la libertad

«Yo supe de una vez por todas que la libertad y la soledad van siempre de la mano»

Uno de los temas que más gobierna a esta novela de Bonnett es la libertad y sus consecuencias.

Gabriel es un hombre que busca alejarse de compromisos, de vínculos laborales, familiares o personales. Su existencia y su pasado le pesan y por eso busca liberarse, despojarse de todo: renuncia a sus compromisos laborales y afectivos, vende sus pertenencias, se va de su casa a andar sin rumbo fijo donde nadie lo espere.

«A veces, el precio de la libertad es el desamparo» p. 143.

Pero ese desarraigo lo hacer perderse, lo hace ir a la deriva como una barca sin ancla. Pronto su identidad se desvanece, su individualidad se diluye. En su caída lenta pero progresiva a la indigencia, nos narra Gabriel en su diario, empieza a desaparecer para el otro, ese otro que aleja la mirada del indigente en la calle.

«La palabra yo era un estorbo que me daba el gusto de enterrar mientras observaba el vuelo de un cóndor o disfrutaba, echado en mi cama, con los ojos cerrados, de los tremendos aguaceros».

p. 137.

Y entonces Gabriel tiene que desandar sus pasos y volver al origen para comprenderse, para hallarse, para poder sanar sus heridas y recobrar su identidad. Primero lo hace recorriendo las calles de su vida anterior, volviendo a los lugares que frecuentó y después, cuando un rescoldo de su pasado lo rescata, volcándose sobre sí para hallarse en la escritura “que es a la vez liberadora y opresiva, como es siempre toda escritura”.

«Escribir me ha permitido sentirme más real. Pero toda escritura tiene un fin, un agotamiento.»

p. 203.

Opinión

Donde nadie me espere es una novela corta que tiene los elementos de una buena lectura: una escritura suelta y versátil; una historia donde hay acción y secretos ocultos hasta la última página; elaboraciones introspectivas de un personaje-narrador errático y paranoico; preguntas importantes sobre la libertad, la memoria, la dignidad, la soledad y la sociedad, sobre el peso del pasado y de la existencia; manifestaciones de la escritura como liberación, como herramienta para la búsqueda.

La historia de Gabriel es además un vistazo a esas existencias deambulantes que vemos a diario, una reflexión sobre “lo fácilmente que se puede cruzar una línea, no de la cordura, sino de la estabilidad emocional. Y cómo al perderla se puede empezar a caer y en algunos casos llegar a lo infrahumano.” Como según indicó la autora en una entrevista.

Donde nadie me espere fue finalista del Premio Biblioteca Narrativa en 2019, y Ganadora del Libro revelación de los Premios Estante Literario® 2020 (¡Hey, también es meritorio el premio!). Para mí fue una sorpresa por su historia, su dinamismo y sus reflexiones.

¡Y qué más que la disfruté junto a los lectores del Club de Lectura Estante®, en el que, además, pudimos hablar de la obra con Piedad Bonnett!

Una gran experiencia de ¡Buena lectura!

PS: hice una lista de reproducción en Spotify con la música que Gabriel dice que escucha en la novela. ¡Escúchala tú también!

Lista de reproducción

🔗 Reseña Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnett.