La muerte de Iván Ilich, del escritor ruso León Tolstoi (1828-1910), es una de sus obras más conocidas. Lee este análisis a partir de la perspectiva de la teoría marxista, aplicada a la obra.
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                                                          Por: Diana Carolina Paniagua Ramírez**

Resumen artículo

El presente ensayo tiene como fin realizar un análisis a la obra La muerte de Iván Ilich, del escritor ruso León Tolstoi (1828-1910), a partir de la perspectiva de la teoría marxista, aplicada a la literatura. En un primer momento se realizará una breve contextualización acerca del autor y la obra, haciendo hincapié en los elementos que el autor considera fundamentales y que nos llevan a dilucidar el argumento de la novela, en el segundo momento se establecerán relaciones entre los aspectos representativos de la obra y la teoría marxista, señalando resonancias y dando cuenta del por qué es pertinente analizar esta obra de Tolstoi a la luz de la teoría marxista, de igual modo se explorará la dimensión moral de los personajes, en particular del personaje principal: Iván Ilich, para culminar con algunas conclusiones al respecto de la obra.

Palabras clave: Realismo ruso, marxismo, capitalismo, teoría literaria marxista, moral, clases sociales.

…la conciencia de una vida que se extingue, pero que todavía no ha partido totalmente; la aproximación de aquella muerte repugnante, execrable, única realidad en medio de la mentira incesante. ¿Qué importancia podían tener los días, las semanas y las horas del día?

Tolstoi, 2012, p. 59.

La presente obra de Tolstói da cuenta de los intereses que a lo largo de su vida abordó, tanto a través de las letras como de su vida cotidiana; como pocos autores, procuró que su obra tuviese concordancia con su vida.

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Figura representativa del realismo ruso, exploró en sus textos el modo como obran las relaciones de poder a nivel social y cómo estas hacen mella en el comportamiento, toma de decisiones y visión del mundo de las personas (en este caso personajes), sumiéndolos en dilemas morales que ponen en jaque su manera de obrar o su existencia misma.

Tal es el caso de la novela corta, La muerte de Iván Ilich, en la que se nos presenta la vida de un funcionario de la jurisprudencia rusa, que trabaja para el zar perteneciente a una acomodada y privilegiada clase media, o en términos del marxismo, a la pequeña burguesía, quien se encarga desde su juventud hasta su muerte de llevar una vida acorde con el deber ser de su época: sin cambios, tranquila y plácida, en palabras del personaje principal.

A medida que avanza la historia el autor nos va revelando los secretos que tras ese espejismo de armonía se encuentran, la envidia, la codicia, al autocomplacencia y la conmiseración, son algunas de las cuestiones que irán saliendo, de a poco, a la luz; sin embargo es, finalmente, la mentira la que termina repugnando más al personaje, en el momento en que se hace consciente de que su vida está cimentada sobre una estructura compuesta por verdades acomodaticias, que no son más que mentiras y conveniencias sociales. Esto desde el punto de vista moral, pero desde el aspecto biológico, será la visión de la muerte la que atormente al personaje, ligada al deterioro corporal, que curiosamente irá sucediendo a la par del moral.

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La novela es escrita en 1886, poco después del fallecimiento de Karl Marx, principal teórico de la teoría de la “lucha de clases” y por quien toma su nombre este entramado de pensamiento.

Argumento de La muerte de Iván Ilich

El autor nos presenta la lucha interna de un personaje que se ve avocado a reflexionar acerca de su posición social y de la validez moral de sus actos a lo largo de la vida, motivado por las circunstancias adversas que una grave y extraña enfermedad generan en él. El personaje atraviesa un proceso de negación permanente, que al final de la novela y ad portas de la muerte, se transforma en aceptación.

Tolstoi nos lleva de la mano por las sensaciones físicas y emocionales que el protagonista experimenta, a partir de detalladas y profundas descripciones, así como de las peculiares representaciones de su vida social y de las razones que esgrime para actuar de cierto modo o tomar determinadas decisiones en el ámbito de lo social y lo profesional.

La muerte de Iván Ilich y la teoría marxista

Al establecer relación entre la teoría marxista y la mencionada obra de León Tolstoi, es inevitable remitirse a la vida del autor, dado que se esmeró en hacer que las ideas que propugnaba en sus textos se hicieran carne en su existencia. De este modo, optó por una vida ascética, aun proviniendo de familia noble eligió llevar una vida sencilla, cercana a los campesinos y personas humildes, propendiendo por contribuir con un cambio social en su natal Rusia, y llegando a enfrentarse a los poderes religiosos y políticos de su tiempo.

La novela La muerte de Iván Iluch plantea el modo como funcionan las relaciones de poder y subordinación en una familia de la clase media alta, cuyos miembros, salvo el hijo menor, quien aún es un niño, tienen la ambición y el escalamiento social como bastión; en esta medida son el dinero y el prestigio social los que mueven cualquier relación en sus vidas, desde las profesionales, hasta las filiales y amorosas.

Dentro de este panorama no aparece ningún sentimiento prístino, alejado de ambiciones mundanas, hasta que la visión de la muerte, a partir de la enfermedad, se hace manifiesta y horroriza a Iván Ilich. La posibilidad de verse a sí mismo como corruptible y finito, como vulnerable y cercano a la muerte, hace que el personaje, por primera vez, tenga una perspectiva genuina de la vida o, en términos de la teoría marxista, una concepción del mundo diferente, bajando del pedestal su propia figura y constatando que la enfermedad, el dolor y la muerte son aspectos de la vida humana ineludibles, que acaecen indistintamente de la clase social y el prestigio.

La casa de la familia y la descripción especial que de esta se hace, aparece como una suerte de metáfora de la vida que Iván Ilich se ha esmerado en construir a lo largo del tiempo, una vida basada en las relaciones convenientes y en la apariencia, como aspecto fundamental del estatus y prestigio social, todo un constructo basado en la falacia, como se evidencia en los siguientes fragmentos:

Al final, allí solamente había lo que se suele ver en casa de las personas no muy ricas, pero que quieren parecerlo, cosa que hace que se asemejen los unos a los otros: perchas, maderas de nogal, flores, tapices y bronces mates y brillantes, cuanto acumulan ciertas personas para parecerse a las que realmente son opulentas. Y en casa de Iván Ilich, el parecido era tal, que ni aún la atención reparaba en ello, por mucho que a él se le antojase ser algo superior. (Tolstoi, 2012, p.32).

Comenzaron a residir en la nueva casa en la cual, como naturalmente sucede cuando uno se halla bien instalado, sólo faltaba una pieza. Vivían con el nuevo salario, al que como siempre, únicamente le faltaba un poco, unos quinientos rublos, y se sentían muy bien. Disfrutaron en particular, de tranquilidad al principio, cuando todavía no estaba todo totalmente arreglado y hacía falta atender a los detalles, adquirir alguna cosa, hacer un encargo, cambiar de sitio un objeto, acomodar otro. Había, es verdad algunas discrepancias entre marido y mujer, sin embargo, ambos estaban tan felices y el quehacer era tanto, que todo transcurría sin importantes discusiones. No obstante, cuando la instalación hubo terminado totalmente, otra vez empezaron a aburrirse: faltaba algo. Pronto entablaron nuevas relaciones, adquirieron algunas costumbres, y la vida volvió a ser apacible. (Tolstoi, 2012, p. 32-33).

«…era necesario evitar con las personas toda clase de relaciones que no fueran las oficiales, el motivo de las relaciones había de ser oficial y las relaciones en sí debían ser exclusivamente del mismo orden.» (Tolstoi, 2012, p. 33).

La teoría marxista, de manera general y de modo particular en los análisis literarios plantea el estudio de las obras a partir de las condiciones históricas (materialismo histórico), económicas y sociales en las que son producidas, se concibe al autor como productor y a su obra como ligada a una construcción particular del mundo, que proviene de la experiencia vital del autor, a su clase social y condiciones materiales, se diría antaño, pero en la contemporaneidad, al mutar lo conceptos de capitalismo, clase social, base y superestructura planteados por Engels y Marx, bien podríamos decir que esa experiencia vital o visión del mundo del autor podrían estar relacionadas con el modo como se han desarrollado sus relaciones sociales, no sólo las particulares, si no las generales, es decir, la obra, cualquier obra, creada por un autor estaría relacionada, indefectiblemente, con las condiciones históricas, culturales y sociales de su tiempo. Por ello, si bien, algunos teóricos del marxismo, como Vladimir Lenin, propendieron por un arte libre, este carácter de libre no exime a la figura del autor de cierto peso o responsabilidad social, con respecto a lo que su obra plantea.[i]

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En esta medida podríamos decir que La muerte de Iván Ilich da cuenta, en sus entrañas, del desarrollo o afinidad con la teoría marxista, puesto que se acoge a los postulados del materialismo histórico, dando un lugar preponderante el espacio geográfico en el que acontecen los hechos y al tiempo en el que se desarrollan, nos habla de la Rusia zarista, con las particularidades que ello implica, la conciencia de los personajes, y por ende su comportamiento, acervo cultural y valores morales están vinculados al comportamiento social de su entorno, es decir, la conciencia en ellos no aparece como un ente abstracto, desligado de los constructos sociales; cuestión que se evidencia en la transformación de la conciencia del personaje principal Iván Ilich, quien al vivir un cambio abrupto alrededor del comportamiento social de su entorno, y el suyo propio, a raíz de la cercanía de la muerte, del dolor la enfermedad, experimenta un cambio en su consciencia, constatándose aquí el postulado marxista mencionado. Esto se ve de manera clara en la novela cuando el personaje empieza a cuestionar el modo como ha vivido, y a manera de flashback, recuerda episodios de su vida pasada, contrastándola con el presente y descubriendo, con aflicción, que el “vivir bien” del que se ufanaba, no era correcto. El cambio de condiciones materiales para el personaje deviene en un cambio de consciencia y en la aceptación de la muerte y en una especie de acto de contrición final:

Le daban pena los demás, debía hacer algo para que los demás no entristecieran. Había que librar a los demás y también librarse a sí mismo de aquel martirio. “¡Qué bien y qué sencillo!” -pensó- ¿Y el dolor?- Se preguntó-. ¿Dónde se ha metido? ¿Dónde estás, dolor? […] Buscó su miedo anterior y no lo encontró. ¿Dónde está la muerte? No sentía ningún miedo porque no existía la muerte. En lugar de ella vio la luz. […] -Todo ha terminado-dijo alguien a su lado.

Él escuchó estas palabras y las repitió en su interior: “Se ha acabado la muerte -se dijo-. Ya no existe.” (Tolstoi, 2012, p. 78-79).


[i] Una de las discusiones más acaloradas y representativas de la teoría marxista aplicada a las artes es la que se dio entre quienes preconizaban el realismo socialista ruso, que pretendía llevar el arte a las masas, generando contenidos que pudieran comprender con facilidad y exaltaran las labores realizadas por los obreros y campesinos proletarios, y quienes, por el contrario, consideraban que el arte debía ser libre, sin excluir la figura del autor y la suerte de responsabilidad con respecto a su obra, pero abriendo paso a la experimentación estética. Quienes abogaban por esta segunda postura argüían que, si bien toda obra estaba ligada al contexto histórico, social y cultural, el artista y su obra no debían estar supeditados a las normativas del partido comunista ruso. Uno de los que propugnaba por este arte libre, fue justamente, Vladimir Lenin. Esto puede verse ampliado en Lenin, sobre arte y literatura. Prólogo, traducción y edición de Miguel Lendínez. Ed. Jucar, Madrid. 1975. Págs. 70-77. Original de 1905.

*Diana Carolina Paniagua: Filósofa, estudiante de Maestría en Literatura de la Universidad de Antioquia.
Trabajo final presentado para el curso Teorías literarias del siglo XX de la Maestría en Literatura de la Universidad de Antioquia, dictado por el profesor Pedro Agudelo.

Bibliografía

Cita este artículo así (APA):

Paniagua, D. C. (6 de mayo de 2021) La muerte de Iván Ilich: La disyuntiva moral entre el ser y el parecer. Recuperado de El Estante Literario: https://elestanteliterario.com/blog/la-muerte-de-ivan-ilich-marxismo/