Título: Absurdistán.
Autor: Gary Shteyngart
Editorial: Alfaguara.
N. de páginas: 413.
Año de publicación: 2006.
reseña Absurdistán
GARY SHTEYNGART
Este periodista y escritor estadounidense nació en Leningrado (actual San Petersburgo) el 5 de julio de 1972. Llegó a Estados Unidos, más exactamente a Queens en Nueva York, a la edad de 7 años.
En una entrevista, Shteyngart cuenta que llegar a EE.UU. desde Rusia fue para él un impacto muy grande, pues incluso siendo tan niño estaba embebido por toda la cultura soviética, a tal punto que cuenta que cuando tenía doce años escribió su primer libro llamado Lenin y su ganso mágico. Shteyngart cuenta que su abuela fue su mecenas al pagarle un pedazo de queso por cada página que escribiera. El libro hablaba sobre cómo Lenin conocía a un ganso parlante de Armenia y juntos iban a Finlandia donde intentaban hacer una revolución socialista. Lenin era bolchevique pero el ganso resultó siendo menchevique, lo que resulta en que, en una hambrienta ira, Lenin se come al ganso.
Shteyngart ha escrito otros libros como Pequeño fracaso (2014) Una súper triste historia de amor verdadero (2010), El manual del debutante ruso (2002).
resumen Absurdistán
Es la segunda novela publicada por Shteyngart, después de El manual del debutante ruso.
Absurdistán cuenta la historia de Misha Vainberg, un ruso judío extraordinariamente gordo cuyo padre, un influyente mafioso ruso, es asesinado en San Petersburgo por asesinar a un hombre de negocios en Oklahoma. Estas dos situaciones marcarán enormemente la vida de Misha pues al su padre asesinar al hombre en Oklahoma, el gobierno prohíbe la entrada de cualquier Vainberg a Estados Unidos. Sin la posibilidad de volver a su amado Nueva York, donde había estudiado y pasado los mejores años de su vida junto a su amada Rouenna, Misha se pone en la misión de conseguir a toda costa una nacionalidad belga que le permitirá por fin volver a suelo americano.
Es así como Misha Vainberg, su sirviente y su mejor amigo Aliosha Bob se encaminan a Absurdistán, país petrolero ficticio ubicado cerca de Irán. Allí Misha será recibido como rey por ser hijo del gran Vainberg, pero pronto su estadía allí se complicará al desatarse una guerra civil y una intriga en la que Misha Vaingber, este ruso gigante, se verá encerrado en el centro mismo del conflicto.
Opinión
(A este libro llegué como parte de un “experimento” que comencé hace unos meses. El experimento consiste, básicamente, en ir a la biblioteca de mi municipio, Sabaneta, y agarrar de los estantes un libro que me llame la atención por su portada y su sinopsis. Esto para descubrir nuevos autores y nuevas narrativas. Este es el segundo resultado del experimento, siendo el primero Razones para destruir una ciudad.)
Este es, si miran en Goodreads, un libro que amas, o que odias.
Como dice el inicio mismo del libro “este es un libro sobre el amor”. El amor de Misha hacia Rouenna, que a pesar de lo grotesco y todas las situaciones que lo enmarcan no deja de ser hermoso, y hacia EE.UU y la nostalgia de volver. Y claro, si hay amor, hay también hay pasión, hay odio y sexo, mucho. En estas escenas sobre todo encontré mucho goce, pues son increíblemente absurdas muchas de ellas, y es el aspecto de la vida que nos permite configurar más precisamente toda la burla que es y representa el personaje principal, Misha Vaingerg.
La novela como tal es muy desenvuelta, con descripciones muy precisas y, sobre todo, unos diálogos muy originales que le dan una gran viveza a la narración. En ellos se mezcla el slang y muchas palabras rusas que se conservan tal cual en la edición, algo totalmente resaltable, que al final permiten al lector crearse una imagen muy clara y real de los personajes.
Absurdistán fue, para mí, una novela como ninguna otra que hubiera leído antes, excepto quizás un poco las de Houellebecq. Llena de un humor negro lascivo, misógino y anti semitista a veces. Esta novela, que es también una sátira política, nos lleva por lo más absurdo del mundo soviético y americano. Vemos pasar personajes estereotipados, sociedades viciadas por el consumismo y el capitalismo, todo a un punto de agudeza descriptiva y satírica que al final nos provoca, entre la náusea y el estupor, una risa incontenible.
He de decir que aunque la novela me pareció buena, no puedo negar que en ciertas partes, como un chiste recurrente, me fatigó y, en ciertos puntos, me hizo dar tal náusea que por momentos me pregunté “por qué estoy leyendo esta mierda jajaja”.
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