El personaje es quizás el elemento más importante de una historia. Es él quien lleva la acción y tiene una trascendencia tan grande en las narraciones que incluso hay novelas y cuentos que se dedican enteramente a ellos, y hasta tienen su nombre. Recordemos Ana Karénina de Tolstói, David Copperfield de Charles Dickens o Ulises de Joyce.
Por eso, para analizar una obra y entenderla completamente, es necesario saber qué es un personaje, su jerarquía, función, su identidad física y psicológica, así como su papel en todo el entramado narrativo con respecto al resto de personajes.
Si parece complicado, no te preocupes que no es para tanto. Te enseñaré cuáles son las 4 dimensiones de análisis, usaré ejemplos prácticos y, además, te daré unos tips que yo mismo uso en mis reseñas de libros.
Cuando acabes de leer este artículo serás todo un experto en análisis literario de personajes. Todo te quedará claro, espero… Si no, mira este artículo en versión video >>
¿Qué es un personaje literario?
El personaje en literatura, cine, teatro u otra ficción es el sujeto de la acción. Es decir, es quien lleva a cabo los sucesos de una historia, y quien sufre o disfruta las consecuencias de esos actos.
Cabe aclarar que un personaje tiene un grado de individualidad y simbolización. Es decir, el personaje puede ser uno o varios, y puede ser muy concreto o abstracto y no tiene que ser siempre un humano; puede ser un colectivo de humanos (como el pueblo, una ciudad, una clase social, etc.), un animal, o varios animales (una manada). Incluso pueden ser símbolos (como la libertad, el orden).
¿Cómo analizar un personaje?
Ahora que sabemos qué es un personaje y cómo se presenta, podemos empezar a hablar de cómo analizar un personaje de ficción. Para ello, vamos a hacerlo desde cuatro dimensiones: la jerárquica, la funcional, la dinámica y la de complejidad.
Dimensión jerárquica
Esta dimensión del análisis del personaje se refiere a la importancia que tiene en la historia. Los personajes pueden ser principales, secundarios o, incluso, terciarios.
Si imaginamos una pirámide, tenemos que los de más jerarquía están en la cima de la acción y son pocos, y de ahí van aumentando en población, pero disminuyendo en importancia.
A partir de aquí usaré como ejemplos los personajes de la saga Harry Potter de J. K. Rowling, porque sé que muchos los pueden conocer y, además… ¡Me gusta Harry Potter!
Pero cabe aclarar que en este caso de Harry Potter y de otras sagas largas, un personaje cobra más o menos protagonismo en diferentes entregas. Como es el caso de Draco Malfoy que hacia el final de la saga cobra mayor importancia.
El personaje principal
El personaje principal de una narración es el protagonista. Es el personaje que más relevancia tiene en las acciones de una historia, por él y para él ocurren (casi) la mayoría de cosas en una narración.
El personaje principal es también el mejor desarrollado de una historia, el que más conocemos interior y exteriormente y, generalmente, con el que más nos vinculamos porque en la historia todo se trata de él. Es también el personaje que más evoluciona, el que más tiene motivaciones, y el que más gana, o pierde, en todo lo que está en juego de la historia.
Ejemplo: el personaje principal de la saga de Harry Potter es… (tambores) ¡Harry Potter! Él es el que conocemos desde el principio, al que acompañamos desde el primer hasta el último momento, el que morirá o se salvará al final de todo.
Personaje secundario
Después del personaje principal estarían los personajes secundarios que son los que ayudan o evitan que el personaje principal cumpla su misión. Son los personajes que aparecen a menudo en la historia y que alcanzan a mover los hilos de la trama, aunque no tanto como el principal, claro.
Ejemplo: Ron y Hermione serían los personajes secundarios en Harry Potter, al igual que Voldemort o Draco Malfoy.
Personaje terciario
Bueno, ya lo sabes, son personajes de menor importancia que los anteriores, pero que, en algún momento de la trama, ayudan o evitan que el personaje principal, o los secundarios, logren su objetivo.
Ejemplo: Neville Longbotton o los mortífagos serían algunos ejemplos en la saga de Rowling.
Dimensión funcional
Después de analizar la relevancia que tiene un personaje en una historia, pasamos a ver las funciones que pueden cumplir en la trama.
Para entender fácilmente el concepto, usaré el Modelo actancial de Greimas, un esquema creado por el lingüista francés Julien Greimas en su libro La semántica estructural (1966).
Esto parece un poco enredado pero no lo es. Básicamente es un modelo sintáctico, es decir que ve las funciones de los personajes en la trama como la de las palabras en una oración. Veamos el esquema:
Este es el esquema actancial y podemos ver sus seis componentes. Para entenderlo usaremos, nuevamente, a nuestros amigos de Harry Potter.
- El sujeto: el que ejecuta la acción – Harry.
- El objeto: lo que busca lograr el personaje con la acción que hace – Salvar el mundo destruyendo a Voldemort.
- El ayudante: el que ayuda al sujeto a lograr el objetivo – Ron Hermione, la Orden del Fénix, Dumbledor, etc.
- El oponente: el que intenta evitar que el sujeto logre el objetivo, porque él también lo desea – Voldemort, los mortífagos, etc.
- El destinador: el motivo por el que Harry quiere matar a Voldemort – Puede ser, por ejemplo, la paz en el Mundo Mágico o el triunfo del bien sobre el mal.
- El destinatario: el que se beneficia con el logro del objetivo – En este caso, sería toda la gente buena del Mundo Mágico, y del mundo de los muggles.
Dimensión dinámica
Esta busca entender si los personajes evolucionan durante el transcurso de la historia o si se quedan como son. Puede haber personajes:
- Estáticos: son aquellos que no cambian durante la historia. Sus motivaciones y características permanecen iguales de principio a fin. Suelen ser personajes secundarios.
- Dinámicos: son los personajes que cambian con la historia. Sus motivaciones e ideas se desarrollan y por eso suelen ser los personajes principales de las obras.
Es importante notar que, por lo general, entre más importante es el personaje más dinámico es. Así, en la novela moderna, el personaje principal suele ser muy dinámico, y los terciarios muy estáticos.
Un ejemplo de personaje dinámico sería Pip en Grandes esperanzas de Charles Dickens.
Dimensión de complejidad
En su libro Aspectos de la novela, el novelista y ensayista británico E. M. Foster caracterizó los personajes literarios como planos y redondos para identificar qué tanto un personaje se desarrollaba en la historia.
- Personajes planos: son personajes esquemáticos, sin profundidad psicológica, construidos «en torno a una sola idea o cualidad». Son, básicamente, personajes que no tienen conflictos.
Ejemplo: cualquiera de los profesores de Hogwarts.
- Personajes redondos: son complejos, multidimensionales y se caracterizan por su «capacidad para sorprender de una manera convincente» y con ellos «el novelista logra su tarea de aclimatación y armoniza al género humano con los demás aspectos de su obra». Sus acciones pueden sorprender y son imprevisibles.
Ejemplo: el ejemplo perfecto en Harry Potter sería el Profesor Snape, pues sabemos al final de la saga que sus motivaciones para actuar durante todo el tiempo respondían a su amor por Lily Potter. Esa es una gran sorpresa al final y demuestran una dimensión más allá de la simple y aparente maldad del Snape.
Tips finales para analizar un personaje de ficción
Ya tenemos todas las dimensiones que podemos analizar en un personaje. Pero acá van unos consejos para encontrar estos rasgos a la hora de leer un libro o ver una película.
Hazte estas 5 preguntas:
- ¿Cuánto aparece? Esto nos va ayudar a definir la jerarquía. Recuerda: entre más aparece, más importante es.
- ¿Qué hace? Observa cómo actúa, cuáles son sus objetivos, lo que dice, lo que piensa y cómo se ayuda o evita que otro personaje logre algo. Así sabremos su función en la historia.
- ¿Cómo es? Ten en cuenta la descripción física del personaje: es alto, bajo, gordo, delgado, feo, hermoso. Considera lo que dicen sobre él el narrador y también los otros personajes. Aunque parezca irrelevante, el aspecto físico de los personajes ayuda saber más de ellos. Piensa, por ejemplo, en Peter Pettigrew y sus aspecto «de rata».
- ¿Cómo piensa? Esta característica es importante. Observa cómo piensa el personaje, cuáles son sus ideas y sus obsesiones. Así sabremos su profundidad psicológica y veremos cómo cambia, si lo hace, a lo largo de la historia.
- ¿Cómo se relaciona? Cuán a menudo aparece el personaje y el resto de personajes alrededor de él. Esto te ayudará a identificar las jerarquías en la obra.
Eso es todo por hoy, lectores, con esta guía tutorial de cómo analizar un personaje literario a partir de las 4 dimensiones de análisis.
Espero que te haya servido para que comprendas y valores más las obras literarias, más allá de decir que «amas» u «odias» a un personaje. Estas son estrategias que yo mismo uso en todos mis análisis literarios, así que espero que tú también las pongas en práctica y tengas con ellas una ¡Buena lectura!
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Bittori de Patria,
Quijote de la Mancha
Gwyneira, del país de la nube blanca
Maneee! Qué lindo verte acá. ¡Tengo que leer Patria!
¡Me encantó Patria!
Yo lo iba a leer este año pero no me dio tiempo :C
Luismi, nos has regalado una guía espectacular de este tema literario. Me parece que el personaje principal del libro actual del CLE (La región más transparente) ha de ser la CDMX.
Tengo tres personajes literarios favoritos:
1. Jean Valjean de Los miserables
2. Sidney Carton de Historia de dos ciudades
3. Sancho Panza del Quijote (también me gustan Dorotea y Marcela)
Mi favorito del Quijote también es Sanchooo, y sobre todo el Rucio, su mulita jaja
¡Siiiii, el rucio y el pobre de Rocinante! jajaja
Gracias x la ayuda. me ha sido de gran utilidad.