Donde nadie me espere es la última novela de la poeta colombiana Piedad Bonnett, una historia sobre la libertad, la pérdida y el desarraigo. Esta son las mejores frases del libro.

Ficha técnica:

Título: Donde nadie me espere.
Género: novela.
Autor: Piedad Bonnett.
Año de publicación:
2018.
Páginas:
208.
Temas: Libertad, culpa, redención.
Calificación en Goodreads:
4.

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Donde nadie me espere es la última novela de la poeta colombiana Piedad Bonnett, una historia sobre la libertad, la pérdida y el desarraigo.

Si quieres saber más sobre esta novela, lee aquí la reseña completa. Mientras tanto, te dejo en este artículo las mejores frases de Donde nadie me espere.

Mejores frases Donde nadie me espere de Piedad Bonnett

«Miro el pasado como las moscas, con cientos de ocelos, para detectar los espectros luminosos de la memoria que habitualmente no podemos ver«. – p. 36.

«Recordé las palabras de un autor que he leído mal: que la huida es a veces un llamado de socorro y a veces una forma de suicidio, pero que con ella se experimenta, al menos, un breve sentimiento de eternidad, porque nos permite cortar los lazos con el mundo y también con el tiempo.» p. 40.

«La memoria no es sino una suma caprichosa de partes a la que hoy le damos un sentido y mañana otro.» p. 47.

«Vivir el presente o anular el futuro es fácil. Pero lo que resulta imposible es anular el pasado.» p. 72.

«No sabíamos mucho el uno del otro, pero hablábamos lo suficiente como para saber que teníamos algunas cosas en común, íbamos a cine los fines de semana y teníamos sexo casi a diario, con un ímpetu que sólo puede nacer de ese desconocimiento mutuo que el amor interpreta como misterio«. p. 94.

«En las mañanas escribía que Gadamer cree que en las cosas no hay que buscar verdades objetivas, que es a través del lenguaje como el hombre llega a la comprensión del mundo, que este vive en el diálogo y que la realidad es creada por sus intérpretes». p. 96.

«La universidad, me dije, es un espacio seguro donde se puede tener un salario digno por hacer lo que a uno le gusta, un refugio de soñadores y curiosos donde incluso se pueden decir insensateces siempre que vayan vestidas de un lenguaje convincente, o sobrellevar la mediocridad o el fracaso con cierta dignidad.» p. 103.

«Sí, mi vida sería predecible, monótona, repetitiva, ¿pero no son así todas las vidas?» p. 105.

«Nadie preguntó por mí en aquella temporada, y yo supe de una vez por todas que la libertad y la soledad van siempre de la mano«. p. 109.

«Me dije que no, que no quería la vida como una infinita escalera por la que había que trepar a un mismo ritmo, la vida como un orden tedioso que exige a todos los mismos desenlaces, la vida, en fin, como un engranaje de compromisos, de metas y de éxitos«. p. 125.

«La palabra yo era un estorbo que me daba el gusto de enterrar mientras observaba el vuelo de un cóndor o disfrutaba, echado en mi cama, con los ojos cerrados, de los tremendos aguaceros». p. 137.

«A veces, el precio de la libertad es el desamparo» p. 143.

«La memoria desbarata los hechos, los trastoca, fabula». p. 144.

«Hay un momento en que usted puede verlo [a un habitante de calle], sentado en la acera, tal vez con un letrerito que explica que no ha conseguido trabajo, pero algo en él se lo hace saber: todavía no ha cortado el lazo de la dignidad. Todavía no huele. Todavía no se ha acuclillado para cagar en un rincón de la calle ni ha escarbado en las canecas ni ha masticado sobras.» p. 152.

«Los fantasmas del presente no tienen bordes. Son inasibles como la bruma, como el silencio, como el miedo que me recorre todo el cuerpo y no se sienta en ninguna parte». p. 165.

«Porque los días terminaban, inevitablemente, en un horrible reconcomio avivado por la escritura, que es a la vez liberadora y opresiva, como es siempre toda escritura«. p. 170.

«Tal vez sea hora de dejar esta casa, donde disfrazo de rutinas mi huida sin fin«. p. 179.

«Escribir me ha permitido sentirme más real. Pero toda escritura tiene un fin, un agotamiento.» p. 203.

Hipertextualidades

Estos son los fragmentos de la novela en los que se cita o referencia algún auto u obra.

Me gusta señalar esto porque, cuando un autor incluye una obra es su propia obra está recomendándonos, casi siempre de forma positiva, otro libro.

Epígrafe (paratextualidad):
«La soledad, la locura, el silencio, la libertad…» (Doctor Pasavento, Enrique Vila-Matas).

«Recordé un cuento en el que alguien lava la sangre de las paredes y esta reaparece cuando el personaje cree que ha terminado su tarea y, por asociación, el cuento de Barba Azul y la alcoba prohibida. Luego, sin saber bien qué hacer, me puse a dar vueltas». Pag. 30.
(Barba azul, cuento de Charles Perrault).

Entre todos los libros escogí De la brevedad de la vida para empezar de nuevo a leer. La vida es breve y el arte largo, escribe Séneca. La frase es de Hipócrates y tiene una segunda parte, que leo como un mensaje cifrado: la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil». Pag. 36
(De la brevedad de la vida, Séneca)

«Incluso pensé en no ir, en mandar de una vez todo para el carajo y resignarme a que mi destino estaba para siempre allí, en aquella inmensa biblioteca tan bien iluminada, donde con un poco de suerte terminaría, incluso, durmiendo y contestando a todo: Preferiría no hacerlo, como Bartleby el escribiente. Pero fui». Pag. 101
(Bartleby, el escribiente, cuento de Herman Melville).

«Volví a mi pieza raskolnikoviana como un sobreviviente culposo. Era un fracasado con una piedra al cuello. Un desadaptado. Tal vez un loco.» Pag. 109
(de Raskolnikov, personaje principal de Crimen y castigo de Fiodor Dostoievsky).

«Pero si la vida en civilización no es otra cosa, pensé. Y recordé a aquel personaje apasionante, Ted Kaczynski, el Unabomber, que escribió un manifiesto contra el mundo industrializado, y que se retiró a vivir sin agua y sin luz a una cabaña aislada desde donde empezó a enviar bombas a las universidades.» Pag. 125.
(La sociedad industrial y su futuro es un manifiesto escrito bajo el seudónimo de «Freedom Club» por Theodore Kaczynski, alias Unabomber. También tiene serie en Netfilx).

«Durante un rato ninguno habló, de modo que aquello parecía una escena de teatro, tal vez una versión moderna del Rey Lear en la que yo hacía del pobrecito Tom.» Pag. 151
(El Rey Lear, de William Shakespeare).

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Esta conversación con Piedad Bonnett en el Club de Lectura Estante® donde hablamos sobre Donde nadie me espere y otros temas interesantes.

Y esta Lista de reproducción con artistas mencionados en Donde nadie me espere. La música de Gabriel, el personaje principal, para ambientar la lectura.

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