"Eva está dentro de su gato" es el segundo cuento publicado de Gabriel García Márquez. Esta narración sobre la muerte y la belleza fue la que que lo empezó a poner en el panorama literario de Colombia por allá en 1947. Entérate más de qué trata aquí.

Ficha técnica:

Título: Eva está dentro de su gato.
Autor:
Gabriel García Márquez.
Género: cuento.
Año de publicación:
El Espectador, sábado 25 de octubre de 1947; Ojos de perro azul, 1972.
Páginas: 14.
Temas: belleza, muerte.

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“Eva está dentro de su gato” es el segundo cuento publicado de Gabriel García Márquez y el que le valió el primer reconocimiento público como uno de los escritores promesa de Colombia, por allá en 1947.

Pero… ¿realmente es tan prometedor el cuento? ¿de qué trata en realidad? ¿cuáles son sus temas, sus personajes?

Eso y más les contaré hoy en esta reseña.

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Ilustración «Eva está dentro de su gato» de Epifa Nia.

Resumen “Eva está dentro de su gato”

“De pronto notó que se le había derrumbado su belleza.”

Así comienza “Eva está dentro de su gato”, el cuento que narra la historia de una mujer hermosa que está cansada de serlo. Su enorme belleza le pesa, le duele físicamente y quiere abandonarla como sea, pero sabe lo difícil que es: todas las mujeres de su familia que la precedieron han sido también hermosas y han sufrido, como ella, ese atractivo físico que de día las hace ser admiradas por “los ojos largos de los hombres”, pero que de noche cobra su venganza al convertirse en unos insectos diminutos que pican y arden cada madrugada sin dejarlas dormir.

Por eso quiere Eva (si es que así se llama el personaje) deshacerse de su belleza. Piensa y planea una forma de hacerlo en un flujo de pensamientos y recuerdos obsesivos que la llevan a descubrir que ha sufrido una transformación, que se ha convertido en un “espíritu puro” y que por tanto puede reencarnarse en otra criatura y así librarse de su belleza. Es entonces cuando decide transmutar y vivir en su gato de piel suave y blanca.

Sabiéndose más allá de la muerte en un estado “atemporal” y “adimensional”, la mujer se decide a ser una con el gato, lo busca en el caserón antiguo que solía ser su casa, pero no lo encuenta. Entonces se da cuenta de que nada queda de lo que fue su mundo pues han pasado miles de años desde su muerte.

Análisis literario

¿Extraño no? ¡Y si les contara las cosas que omití en esa sinópsis!…

Ya llegaremos ahí, pero antes veamos de dónde sacó Gabriel García Márquez la idea para escribir este extraño cuento.

Según él mismo dice en su autobiografía Vivir para contarla (2002), el germen de “Eva está dentro de su gato” fue una conversación que tuvo con una hermosa muchacha cuando era niño:

Buscando en mi memoria situaciones de la vida real para el segundo [cuento], recordé que una de las mujeres más bellas que conocí de niño me dijo que quería estar dentro del gato de una rara hermosura que acariciaba en su regazo. Le pregunté por qué, y me contestó: «Porque es más bello que yo». Entonces tuve un punto de apoyo para el segundo cuento, y un título atractivo: «Eva está dentro de su gato». (2002)

Así que de allí le vino a Gabo la idea para un cuento que terminó siendo publicado el 5 de agosto de 1947 en el suplemento “Fin de semana” del diario El Espectador de Bogotá, acompañado de una ilustración del pintor Enrique Grau que mostraba una estrella ascendente en el cielo del Caribe. Era el segundo cuento que publicaba el cataquero que de a poco iba granjeándose un nombre en la escena literaria de la capital.

Seis semanas antes, también en ese diario, había publicado “La tercera resignación” y la buena recepción del cuento entre sus amigos le había dejado tanta felicidad como sospechas. Pero fue después de “Eva está dentro de su gato” que vino el elogio más grande que hasta entonces había recibido García Márquez. Eduardo Zalamea, uno de los críticos literarios más importantes del momento dijo en su columna «La ciudad y el mundo» del 28 de octubre que:

Los lectores de «Fin de Semana», suplemento literario de este periódico, habrán advertido la aparición de un ingenio nuevo, original, de vigorosa personalidad (…) Dentro de la imaginación puede pasar todo, pero saber mostrar con naturalidad, con sencillez y sin aspavientos la perla que logra arrancársele, no es cosa que puedan hacer todos los muchachos de veinte años que inician sus relaciones con las letras (…) Con García Márquez nace un nuevo y notable escritor.

Pero un Gabo tan inexperto como inconforme no estaba enteramente de acuerdo, pues veía errores por doquier en el cuento (fáciles de notar, por cierto). Entre los ellos estaba que, a parte de la anécdota real de la niña hermosa que dio nacimiento al cuento, nada en él se basaba en sentimientos reales, todo era inventado, y por eso “llevaba dentro el germen de su propia destrucción”, según sentenciaba el propio García Márquez.

“Eva está dentro de su gato” es una narración desequilibrada, excesiva en extensión y en detalles innecesarios. Catorce páginas intentan contar todo, pero terminan diciendo poco. El futuro Premio Nobel de Literatura colombiano usa nuevamente (como en “Tubal-caín forja una estrella” y otros cuentos del libro Ojos de perro azul) un narrador ultraomnisciente que entra y sale de la conciencia del personaje en un torrente discursivo donde el tiempo, el espacio y la focalización son confusos.

¿O fue quizás esa la intención de García Márquez: escribir un cuento donde nosotros, como la protagonista, vivimos en una narración donde no hay dimensión espacial, donde el tiempo no existe u obedece a leyes distintas a las nuestras (según el mismo narrador se delata en la página 33: “de acuerdo con nuestro mundo temporal”) y donde podemos entrar y salir de la personaje, como ella misma se sabe capaz de entrar en un gato por ser “un espíritu puro”?

¡Vaya usted a saber!

La estructura del cuento es también aleatoria. Está dividido en tres partes pero esa división no obedece a momentos ni temporales ni temáticos claros. A lo largo de la historia aparecen elementos que son más bien accesorios, intrascendentes y que no aportan nada al desarrollo de la trama, como el deseo imperante y gratuito de comerse una naranja, o la mención de “el niño”, una criatura muerta y enterrada, precisamente, en el patio de la casa, bajo un naranjo.

Sin embargo, la aparición de este niño muerto que come tierra (“con un puñado de tierra mojada dentro de la boca”, p. 27), como varios de los personajes de García Márquez, viene a reforzar la presencia de la muerte (y el miedo a ella) en la trama que, como dice el mismo Vargas Llosa en Historia de un deicidio (1971), “está presente en toda la obra de García Márquez, pero nunca de la manera tan obsesiva y excluyente como en estos primeros años de su vida de escritor” (p. 154). Los personajes de otros cuentos como “La tercera resignación”, “Amargura para tres sonámbulos” o “La otra costilla de la muerte” son individuos muertos (o que quieren morir) y atrapados en sus tumbas, en sus cuerpos (o en los de otro) o en sus cabezas.

Específicamente en el caso de “Eva está dentro de su gato” se trata de una mujer hermosa que se ha sufrido un “tránsito” (p. 28), una “transformación” (p. 32), está atrapada en un mundo “atemporal” y “adimensional” (p. 34), en una especie de “limbo”, aunque no muerta (p. 33), que busca volver a la vida (pero esta vez no tan bella), y disfrutar de las sensaciones que tuvo en vida, como comerse una naranja. Pero, al final, descubre que lo que para ella ha sido unos segundos (“Hacía apenas un segundo —de acuerdo con nuestro mundo temporal— que se había realizado el tránsito”, p. 33) han sido en realidad tres mil años.

“Eva está dentro de su gato” tiene un correlato también con el cuento “Tubal-caín forja una estrella”, el siguiente que publicó García Márquez: en ambos, los personajes tienen nombres bíblicos (Eva, la primera mujer; Tubal-caín, un descendiente de Caín, por tanto, también de Eva) —aunque en ningún momento se confirme que esos son realmente sus nombres— y quieren morir (o trasmutarse) para acabar con una maldición que han heredado durante miles de años, “desde el principio del mundo” (p. 24).

Esta idea de desgracias transmitidas de generación en generación es otro de los leitmotivs de la obra de Gabo, muy evidente, por ejemplo, en Cien años de soledad.

Opinion

El diccionario de la RAE define “germen” como un “microorganismo patógeno” y como el “principio u origen de una cosa material o moral”. Para mí eso es este cuento: un germen.

Siguiendo la primera definición, para mí este cuento fue “patógeno”, es decir, enfermizo. “Eva está dentro de su gato” es una narración pesada, aburrida y, por momentos, nauseabunda, pues está llena de palabras y sintagmas malsonantes: “censuración”, “adimensional”, “inutilizarse”, “arsenical”, “situación de gato”, “cuando era vivo”, “belleza anatómica”, etc. Aunque es de rescatar la metáfora de “los ojos largos de los hombres” al referirse a la mirada lasciva y morbosa de estos.

Es, en general y como dije anteriormente, un cuento innecesariamente largo al que le sobran muchas referencias, como el asunto de las naranjas o lo de “sus trece libros favoritos”. Para mí fue una lectura de nunca acabar, que no parecía conducir a nada y que tuve que sufrir en cada una de las cinco lecturas que le di, porque sí, leí este cuento cinco veces: la primera, para acercarme desprevenidamente a él; la segunda, para entenderlo más; la tercera, para analizarlo; la cuarta, para grabarlo en audiocuento (que puedes escuchar acá) y la quinta, en el audiolibro de Todos los cuentos de Gabriel García Márquez en Storytel grabado por una lectora de voz hermosa, pero que me parece que no captó (espero que yo sí) una de las virtudes más grandes del cuento: “la meticulosa angustia” como la llama Vargas Llosa, de esa mujer desesperada por una belleza que la está matando desde adentro.

Sin embargo, y siguiendo la segunda definición de «germen», este cuento puede ser valioso por ser el «principio u origen» de la trayectoria de Gabo y de muchos de sus temas (la muerte, la belleza, la maldición de generaciones) e imágenes (comer tierra). Es también, según el mismo García Márquez, uno de esos cuentos que «refleja la rápida evolución de mi vida en aquella época» (2002), sin duda refiriéndose a sus búsquedas estéticas y a la confianza que le empezaban a dar los comentarios positivos sobre su obra.

Desafortunadamente, esto no le alcanza a «Eva está dentro de su gato» para derrotar a «Espantos de agosto«, cuento contra el que se enfrenta en la Batalla de Cuentos Gabo. El segundo, publicado en 1992 en el libro Doce cuentos peregrinos, es superior en anécdota, estructura y construcción al primero.

¿Qué dices tú, lector, cómo te pareció el cuento «Eva está dentro de su gato»?

Referencias

Escucha el audiolibro de «Eva está dentro de su gato»