Resumen y video de La oculta, la novela de Héctor Abad Faciolince, el escritor colombiano que nos trae ahora la historia de tres hermanos y sus vidas atravesadas por la violencia en La Ocula, la finca de su familia en Jericó, Antioquia. ¡Buena lectura!

Ficha técnica:

Título: La Oculta.
Autor
: Héctor Abad Faciolince.
Año de publicación: 2014.
Páginas: 334.
Calificación en Goodreads: 3.

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Biografía corta Héctor Abad Faciolince

Héctor Joaquín Abad Faciolince es un escritor colombiano nacido en Medellín en 1958. Hizo sus estudios en el Gimnasio los Alcázares, yo también, para luego empezar en la universidad medicina, filosofía y periodismo, carreras que abandonó por diversas razones.

Por azares personales, Faciolince viaja a Nueva York a estudiar inglés y más tarde a Italia, de donde se gradúa cum laude en Lenguas y Literaturas Modernas en la Universidad de Turín.

Su carrera literaria ha estado atravesada por algunos reconocimientos literarios, como el Premio Casa de América de Narrativa Innovadora que recibió en el 2000 por su novela Basura, y el premio a la Mejor Novela Extranjera del Año en China en 2004 por su novela Angosta.

Sin embargo, fue en 2006, cuando publicó su novela más celebrada El olvido que seremos (donde cuenta la historia del asesinato de su padre Héctor Abad Gómez), que su carrera literaria tomó más fuerza. Por este libro ha recibido premios en Lisboa y en Washington.

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Resumen La oculta

Después de 8 años después de su última novela El olvido que seremos, Héctor Abad Faciolince publica en 2014 su obra La Oculta, una novela de 332 páginas que cuenta la historia de la familia Ángel (en especial la de sus tres miembros Pilar, Antonio y Eva, los narradores y protagonistas principales de la obra) y su finca La Oculta en Jericó, Antioquia, Colombia.

Se nace creyendo que la gente, hasta que la vida nos va desmintiendo y nos demuestra que si, que hay gente buena, pero a su lado hay montones de gente muy mala, con malas intenciones, calculadora, solapada y malagradecida. Gente con el corazón diminuto, no como un mango sino como una guayabita verde, agria.

La Oculta, Héctor Abad Faciolince.

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La historia la detona un acontecimiento puntual: la muerte de la madre de los tres hermanos. A partir de esta calamidad, Pilar, Antonio y Eva tendrán que tomar una decisión trascendental en sus vidas, y para ello sus historia personales, sus vivencias en La Oculta y sus recuerdos en ella jugarán un papel trascendental.

A la par del recuento histórico de la fundación de Jericó, de las generaciones de la familia Ángel y de la historia de La Oculta, pasan también guerras civiles, recesiones económicas, secuestros, asesinatos y extorciones orquestados por la guerrilla y los paramilitares. Todo ocurre en los aproximadamente 160 años que cubre la narración de la novela.

La oculta Hector Abad Jericó Antioquia

Análisis literario La oculta

Lo primero que nos llama la atención en La Oculta es la forma en que está contada, su arquitectura, su estructura: la narración a tres voces.

Este recurso elegido por Héctor Abad F. para contarnos la historia, que no es totalmente ficción sino que se cimienta en la historia misma de su familia, define a la novela y le permite servirse de herramientas idóneas para ciertos propósitos, pero insuficientes para otros.

Las tres voces nos permiten ver los eventos que suceden desde tres puntos de vista diferentes, muy opuestos algunos. Una cierta frescura se respira en la lectura gracias a los cambios de voces y perspectivas. Los tres puntos de vista de cada personaje nos permiten identificarnos, vernos y sentirnos en cada una de sus narradores.

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En La Oculta nos hermanamos con la liberalidad inestable de Eva o con la ortodoxia estática y apacible de Pilar (no de gratis se llama Pilar). Podemos ansiar la narración histórica, casi mítica y heroica, de Jericó y La Oculta en la narración de Antonio; o querer saber los acontecimientos más recientes y un tanto más personales que narran Pilar y, sobre todo, Eva.

La forma narrativa tríptica y muy personal, como a manera de diario, le permite a Héctor Abad Faciolince tomar distancia de los acontecimientos. Cada narrador expone sus opiniones sobre todo lo que pasa en la historia. Pilar, Antonio y Eva se apersonan de su narración, dicen lo que quieren decir, opinan lo que quieren opinar, aprovechan el espacio que les da el escritor (que es por cierto muy equitativo para los tres) para soltarse sin ser juzgados por él, el hombre de la pluma. Esto da a la novela lo que es quizás más resaltable de ella: nos permite ver, diáfanas, varias formas de vida, loables y reprochables unas y otras. Es la vida como es, una serie de caminos, de modus vivendi.

Pero La Oculta sufre de una insuficiencia venida desde su mismísimo interior, desde su propia estructura. Al ser los personajes quienes cuentan de forma tan personal sus vivencias, Héctor Abad pierde el control de la narración y esto provoca que sea tímida la forma en que se tratan los que podrían ser los temas más trascendentes de la novela. Los narradores no se preocupan por reflexionar hondamente en temas como la violencia, el secuestro, la pérdida de ideales (que se tocan como rosándolos simplemente) sino que se dedican a relatar sus  asuntos personales a veces irrelevantes de sus vidas.

Los magníficos y prometedores momentos de la historia que se ven insatisfechos por las voces narrativas de los hermanos. Pasamos por ellos sin que duelan realmente. Todo ocurre en un primer plano, muy plano, de relato periodístico.

A pesar de esta distancia, la novela deslumbra en varios aspectos: con la historia idílica, casi heroica y amena de leer de la fundación de Jericó y de La Oculta (aunque hay que tener en cuenta que hay mucho ficción en ella); con la descripción de los paisajes, las comidas y costumbres antioqueñas que meten sobre todo al lector antioqueño a un terreno conocido, cálido y acogedor con un lenguaje que nos recuerda a nosotros mismos, a nuestros abuelos y nuestros tíos. (Como pasa con Frutos de mi tierra de Tomás Carrasquilla).

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El antioqueño y su apego al territorio, a los paisajes andinos, a esa geografía accidentada que entre más nos da dificultades, más queremos se ve también muy bien representada en la novela, sobre todo por Pilar y Antonio.

Opinión

Si lo que pretendía Hector Abad era encadenar una sucesión de eventos, muchos, para contarnos una bella historia y aprovechar algunas oportunidades para dejar tímidas denuncias y preguntas sobre la historia colombiana, y sobre nuestra cultura bella, viciosa y contradictoria, pues el escritor hizo un buen trabajo. Lo que es una de las tesis más grandes del libro, ese apego frenético y enfermizo a la tierra que tenemos los antioqueños, se ve claro y bien presentado en la novela.

Tengo que decir que disfruté leer la novela por su historia y por lo suelto que fluía. Pero cuando uno lee por primera vez un escritor de quien ha escuchado tanto, y cuyas columnas en El Espectador encantan en su mayoría (a mí), y se encuentra con una novela que no le satisface el impulso, queda triste, incompleto y expectante por leer la que según todos sí es su más grande obra: El olvido que seremos.

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¡Buena lectura!

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