Recorre la Cartagena de El amor en los tiempos del cólera con estos 10 lugares donde ocurre la novela. ¡Descubre la Cartagena literaria!

Ficha técnica:

Título: El amor en los tiempos del cólera.
Autor: Gabriel García Márquez.
Año de publicación: 5 de diciembre de 1985.
Páginas: 490.
Temas: amor, enfermedad, olvido, memoria.
Calificación en Goodreads: 4.5.

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El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez cuenta la historia de amor de Florentino Ariza y Fermina Daza en un lugar del caribe que se parece sospechosamente a la ciudad de Cartagena de Indias en Colombia.

Y aunque es impreciso decir que es realmente en La Heroica donde ocurre la narración, cuando yo leí esta novela encontré tantas similitudes entre la historia de esta ciudad y la de El amor en los tiempos del cólera que no me quedó más que tomar un avión y viajar a la Ciudad Amurallada para averiguarlo.

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Estos son los lugares de Cartagena en los que se basó Gabriel García Márquez para ambientar El amor en los tiempos del cólera.

Tazas del cólera

Colección inspirada en la novela El amor en los tiempos del cólera.

Disponibles en Colombia y México.

1- La torre del reloj

¿Quién no reconoce esa icónica entrada amarilla de la ciudad amurallada?

La Torre del fue construida en el siglo XVII y era conocida entonces como Boca del puente (como aún la llaman algunos locales) ya que, durante el periodo colonial, acá se levantó un puente que unía la ciudad amurallada y el barrio Getsemaní.

En un inicio, la torre no tenía el icónico reloj que ahora la corona pues no fue sino hasta el siglo XVIII que se instaló. Desde entonces la gente la conoce como La torre del reloj.

Aunque este edificio no se menciona explícitamente en la obra, es claro que por aquí transitaron muchos de sus personajes de la novela pues es la puerta de entrada que conecta la Ciudad amurallada con la Bahía de las Ánimas y con el barrio Getsemaní.

2- La Plaza de los Coches

Al atravesar la Torre llegamos a la Plaza de los coches, llamada así porque aquí llegaban los tranvías y coches que transitaban toda la ciudad.

En El amor en los tiempos del cólera este lugar se menciona, entre otros momentos, cuando Florentino Ariza conoce a Leona Cassiani.

“Levantó la vista y la vio, en el extremo opuesto, pero muy bien definida entre los otros pasajeros. Ella no apartó la mirada. Al contrario: la sostuvo con tanto descaro que él no podía pensar sino lo que pensó: negra, joven y bonita, pero puta sin lugar a dudas.”

En la Plaza de los coches ocurre también otro evento de una novela de Gabo: Del amor y otros demonios. Acá es donde Sierva María de todos los Ángeles, la protagonista de la novela, es mordida por un perro con rabia.

3- El Portal de los dulces

El portal de los Dulces, antes llamado el Portal de los Mercaderes, es el lugar donde venden las mejores cocadas de toda Cartagena. Aquí viene en varios momentos Fermina Daza a comprar dulces.

Una de las escenas más memorables de la obra ocurre acá: cuando Fermina vuelve a Cartagena de su viaje de olvido por Colombia y sale de compras con su sirvienta.

«Se sumergió en la algarabía caliente de los limpiabotas y los vendedores de pájaros, de los libreros de lance y los curanderos y las pregoneras de dulces que anunciaban a gritos por encima de la bulla las cocadas de piña para las niñas, las de coco para los locos, las de panela para Micaela.«

De cerca la sigue Florentino Ariza que vuelve a verla después de tanto tiempo y se maravilla con su gracia y sus movimientos por el mercado sin saber que está a instantes de que se desplomen todas sus ilusiones con Fermina.

4- La Plaza de la Aduana

En esta hermosa y amplia plaza de forma triangular ocurre una de las escenas más locas de la novela.

Y digo locas porque es aquí donde, durante unas fiestas, Florentino Ariza conoce a una mujer que se había volado del manicomio de la Divina Pastora

Florentino Ariza la invitó a tomar un helado, porque no pensó que diera para más. Ella lo miró sin sorpresa. Dijo: “Acepto con mucho gusto, pero le advierto que estoy loca”. Él se rió de la ocurrencia, y la llevó a ver el desfile de carrozas desde el balcón de la heladería. Luego se puso un capuchón alquilado, y ambos se metieron en la ronda de bailes de la Plaza de la Aduana, y gozaron juntos como novios acabados de nacer, pues la indiferencia de ella se fue al extremo contrario con el fragor de la noche: bailaba como una profesional, y era imaginativa y audaz para la parranda, y de un encanto arrasador.

– P. 259.

Esta plaza fue de vital importancia en tiempos de la colonia pues aquí llegaban los esclavos traídos de África. Entraban por la puerta de la aduana y se revisaba su estado de salud para poderlos vender en el mercado de esclavos.

5- Calle del Andrinal

La Calle del Andrinal es la que conecta a la Plaza San Pedro Claver con el Parque Bolívar. Esta calle, que ofrece una vista preciosa de la torre de la Catedral de Cartagena, sería la que en la novela es llamada la Calle de las Ventanas, hogar de Florentino Ariza.

En la época de la ruptura él tenía veintidós años y vivía solo con su madre, Tránsito Ariza, en una media casa alquilada de la Calle de las Ventanas, donde ella tuvo desde muy joven un negocio de mercería y donde además deshilachaba camisas y trapos viejos que vendía como algodón para los heridos de guerra.

6- El Portal de los escribanos

En el Parque de Bolívar está ubicado el Portal de los escribanos, el lugar donde durante la colonia se redactaban actas y documentos oficiales. Durante esta época, este parque se llamaba Plaza Mayor. Con la independencia, se convirtió también en una plaza de mercado, de dulces y de otros productos no muy éticos que terminó convirtiendo a este en “un lugar de perdición vedado a las señoritas decentes”, según se cuenta en El amor en los tiempos del cólera.

“Fermina Daza compartía con sus compañeras de colegio la idea peregrina de que El Portal de los Escribanos era un lugar de perdición, vedado, por su puesto, a las señoritas decentes. Era una galería de arcadas frente a una plazoleta donde se estacionaban los coches de alquiler y las carretas de carga tiradas por burros, y donde se volvía más denso y bullicioso el comercio popular. El nombre le venía de la Colonia, porque allí se sentaban desde entonces los calígrafos taciturnos de chalecos de paño y medias mangas postizas, que escribían por encargo toda clase de documentos a precios de pobre: memoriales de agravio o de súplica, alegatos jurídicos, tarjetas de congratulación o de duelo, esquelas de amor en cualquiera de sus edades. No era de ellos, desde luego, de quienes le venía la mala reputación a aquel mercado fragoroso, sino de mercachifles más recientes que ofrecían por debajo del mostrador cuantos artificios equívocos llegaban de contrabando en los barcos de Europa, desde postales obscenas y pomadas alentadoras, hasta los célebres preservativos catalanes con crestas de iguanas que aleteaban cuando era del caso, o con flores en el extremo para que desplegaran sus pétalos a voluntad del usuario.”

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Es en este lugar, en el Portal de los escribanos, donde Florentino Ariza se decide a hablarle a Fermina después de perseguirla a escondidas mientras estaba de compras tras su vuelta a Cartagena. Es aquí donde Florentino le dice a Fermina «Este no es un buen lugar para una diosa coronada”, y ella, después de ver que sus ilusiones no eran reales, «lo borró de su vida con un gesto de la mano».

En la Plaza de Bolívar quedaba también el Palacio de la Inquisición, donde la iglesia juzgaba a los herejes y por ello esta Plaza siempre tuvo también un aura tensa y oscura. Aquí juzgaron en el siglo XVII al cirujano portugués Blas de Paz, quien en vida real fue el dueño de la casa que sirvió de inspiración para la casa de Fermina Daza en el Parque de los Evangelios, otra parada en este recorrido de la Cartagena de El amor en los tiempos del cólera.

7- Plaza de la Catedral

La hermosa Catedral de Cartagena es quizás el lugar donde ocurren los eventos más trascendentales de la novela. Aquí Florentino Ariza le entrega la primera Carta a Fermina Daza, quien después se casa acá con Juvenal Urbino que sería enterrado en esta iglesia tras su muerte.

Es aquí también donde Florentino se decide a convertirse en un hombre de fortuna después de ver a Fermina Daza encinta por primera vez.

“El día que Florentino Ariza vio a Fermina Daza en el atrio de la catedral encinta de seis meses y con pleno dominio de su nueva condición de mujer de mundo, tomó la determinación feroz de ganar nombre y fortuna para merecerla. Ni siquiera se puso a pensar en el inconveniente de que fuera casada, porque al mismo tiempo decidió, como si dependiera de él, que el doctor Juvenal Urbino tenía que morir.”

Presumiblemente, cerca quedaba “El Café de la Parroquia” donde Juvenal Urbino jugaba ajedrez con Jeremiah de Saint Amour cuya muerte abre la novela. Personaje interesante que lástimosamente no se desarrolla, como yo habría querido, en la historia.

La Catedral de Cartagena queda sobre la Calle de los Santos de Piedra, donde vive Leona Cassiani.

En la calle de los Santos de Piedra, justo cuando debía despedirla frente a su casa, Florentino Ariza le pidió a Leona Cassiani que lo invitara a un brandy. Era la segunda vez que lo solicitaba en circunstancias similar

p. 365

8- El antiguo palacio del Marqués de Casalduero

Llegamos a una parada muy interesante, a una casa histórica por muchas cosas, entre otras porque aquí se alojó el general Simón Bolívar antes de morir, según lo cuenta Gabo en El general en su laberinto.

  • El Marqués de Valdehoyos era un antiguo rico de Cartagena, vendedor de esclavos. GGM lo renombra como el Marqués de Casaldueros. En El amor y otros demonios es el padre de Sierva María de los Ángeles, la protagonista del libro. Ella va al Portal de los Mercaderes en la época colonial, ahora “Portal de los Dulces” donde estuvimos hace poco.
    Es en esta casa también donde viviría la familia Urbino
  • 315: descripción del palacio
  • + «Todo le pareció más pequeño que cuando se fue…»

Esta niña de doce años era hija del Marqués de Casalduero, nombre que da García Márquez al verdadero Marqués de Valdehoyos, un importante personaje de la historia de Cartagena. En El amor en los tiempos del cólera esta es la casa del doctor Juvenal Urbino.

La casa del Marqués de Valdehoyos, ubicada en la Calle de la Factoría, es actualmente una sede alterna del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.

Personaje interesante este del Dr. Urbino, todo un mecenas que apoyó ki  las artes y la cultura de la ciudad. Ya justo vamos para un  hermoso teatro que también sale en la novela, pero antes quería agradecerles a todos los que apoyaron este viaje literario en vaki.

Sus aportes fueron de gran ayuda y en realidad me hace muy feliz, me conmueve mucho que ustedes crean en mí y en mi trabajo y me ayuden a hacer estas cosas maravillosas.

9- Teatro de Heredia:

Llamado así por el poeta cubano José María de Heredia que escribió un poema en el que llamaba a Cartagena la “ciudad triste ayer reina del mar”. Este poeta estudió en París y fue parte del movimiento Parmasianismo.

  • En el libro: en este teatro, Florentino Ariza asistió al concurso de poesía Los Juegos Florales cuando lo gana un inmigrante chino con un “soneto de la más pura estirpe parnasiana, perfecto, atravesado por una brisa de inspiración que delataba la complicidad de una mano maestra.”
  • Esa vez, FA conoció a Sara Noriega, una de las pocas mujeres que logró sacar a Fermina de su cabeza, aunque por pocos momentos.
    Los que hayan leído el libro saben que hay unas descripciones entre grotescas y graciosas de las mujeres de FA. Y acá hay una que dice que cuando la estaba desnudando “No tuvo que terminar, pues el corpiño acabó de soltarse solo por la presión interna, y la tetamenta astronómica respiró a sus anchas.”

10- Colegio la Presentación de la Santísima Virgen

  • donde estudiaba FD. De este colegio fue de donde la expulsaron al encontrarla escribiendo cartas para Florentino.

De hecho, lo interesante de esta calle que vamos a recorrer es que muy cerca queda la casa de Fermina, y en este trayecto que hacía ella de la casa al colegio y del colegio a la casa con su tía Escolástica, se dejaba cartas con Florentino.

Veamos cómo lo hacían:

“Fue un método simple: Fermina Daza ponía su carta en algún escondite del recorrido diario entre la casa y el colegio, y en esa misma carta le indicaba a Florentino Ariza dónde esperaba encontrar la respuesta. Florentino Ariza hacía lo mismo. De ese modo, los conflictos de conciencia de la tía Escolástica les fueron transferidos por el resto del año a los bautisterios de las iglesias, los huecos de los árboles, las grietas de las fortalezas coloniales en ruinas. A veces encontraban las cartas empapadas de lluvia sucias de lodo, desgarradas por la adversidad, y algunas se perdieron por motivos diversos, pero siempre encontraron el modo de reanudar el contacto.”

11- Plaza Fernández de Madrid:

Y llegamos a la Plaza Fernández de Madrid, conocida como el Parque de los Evangelios  porque desde este parque, tranquilo y silencioso, podía escucharse la misa de la parroquia de Santo Toribio, donde entre otras cosas estaba la partida de Bautismo de FA.

La casa de Don Benito podría también ser la casa de Lorenzo Daza, el padre de Fermina, un nuevo rico de provincia sobre el que hay dudas de la procedencia de su dinero. Y la razón es que en esta casa vivió en el s. 17  Blas de Paz Pinto, un médico portugués condenado por la inquisición por su pasado cuestionable, como el del padre de Fermina.

Inevitable entonces el vínculo.

Dato interesante: a Blas lo condena la inquisición por ser un judío converso. Lo torturan hasta que lo confiesa, pero antes de morir pidió que le suministraran los santos óleos y quien lo hizo fue San Pedro Claver.

12- Parque de los Evangelios.

(25) Parquecito de Los Evangelios:

Y en este parquecito se sentaba Florentino a ver coser a Fermina y a esperarla llegar del colegio mientras leía debajo de estos árboles sus folletines de amor.

También acá se paró a Nuestro en varias ocasiones el Vals de La diosa coronada.

  1. Calle Román:

En esta casa quedaba la Botica de Manuel Román, un farmaceuta español que llegó a Cartagena en 1834.

Aunque este lugar no se menciona en la obra, no sería extraño que aquí viniera Juvenal Urbino a discutir con el boticario sobre remedios contra el cólera, la epidemia que azotó a Cartagena en 1848-49 y que dejó más de tres mil muertos. Es durante esa época que ocurre la novela.

Pero la novela se llama también así porque durante esta se hace un paralelo entre los síntomas de la enfermedad y el amor que, como toda novela romántica del siglo xix, solía poner al amor como una enfermedad que postraba en cama a quien la padecía. 

El cólera se convirtió en una obsesión para el dr. Juvenal Urbino, quien luchó contra la enfermedad en la ciudad. Tenía cazada una batalla personal contra ella, pues se había llevado a su padre. 

Juvenal Urbino estudió en París y fue discípulo del profesor Adrien Proust, padre del gran

novelista Marcel Proust.

Como dato histórico sobre el cólera, fue el italiano Filipo Paccini quien aisló la bacteria en 1855, y en 1900 se creó la primera vacuna.

Más de 50 años haciéndola. ¡Vaya que hemos avanzado! La del covid salió en un año.

  1. La Bahía de las Ánimas

Y volvemos acá a la Plaza de los Coches con la Bahía de las Ánimas atrás, afuera de las murallas.

Esa bahía es importante porque de ahí salían los buques de la CFC y por ahí entraban también.

Por eso acá empieza y termina este viaje a la Cartagena de El amor…

Espero que se hayan divertido en este recorrido y que se animen a hacerlo cuando vengan a Cartagena.

En la descripción les dejaré el enlace a mi blog donde pueden encontrar el mapa y más información.

Quería terminar este video agradeciéndoles nuevamente a todos los que apoyan este viaje literario en Vaki.

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Nos vemos en el próximo video, chauuu.

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